6 de julio de 2016
Fuente: ZENIT

La primera ministra Sheikh Hasina definió a los asaltantes como “jóvenes degenerados” que “no responden a los valores del islam”.

(ZENIT – Roma).- El presidente de la Comisión Episcopal Justicia y Paz en Bangladesh, monseñor Gervas Rozario, al comentar la masacre del pasado 1 de julio en Dacca señaló que “representa una barbarie que no tiene justificación”.

Lo indicó en declaraciones a la agencia Asia News, precisando que “el nombre de Dios no puede y no debe ser arrojado en medio de semejantes actos. Y que ahora compete a los islámicos intervenir, ponerse en pie, para salvar la reputación de su religión”.

En el atentado perpetrado en el corazón de la capital, en el Holey Artisan Bakery, un local frecuentado por extranjeros, murieron 20 rehenes. Los fallecidos fueron nueve italianos, siete japoneses, una muchacha india y tres bangladesíes. Además, murieron seis de los siete (presuntos) atacantes y dos policías. El comando entró al bar el último viernes de Ramadán, al grito de “Alá es grande” abriendo fuego.

La primera ministra, Sheikh Hasina, definió a los asaltantes como “jóvenes degenerados” que “no responden a los valores del islam”.

Entretanto Mons. Rozario consideró que la condena debe ser unánime: “Nadie, de ninguna religión, puede justificar un asesinato. Pero es triste constatar que los rehenes murieron de esta manera: Dios no tolerará esta masacre. Ahora le toca hacer algo a los islámicos del país: se deben poner en pie para salvar la imagen y la reputación de su propia religión. La paz debe prevalecer sobre todos nosotros”.

La Iglesia bangladesí, concluye el obispo de Rajshani, “ruega por estas víctimas del terrorismo islámico. Pueda Dios garantizar la paz eterna a las almas de estos difuntos. Los mártires cristianos de la masacre serán recordados de manera muy especial”.

Con un mensaje firmado por el Secretario de Estado, el cardenal Parolin, el Papa Francisco expresó su dolor por lo sucedido: “Profundamente entristecido por la violencia insensata perpetrada contra víctimas inocentes en Dacca, el Papa Francisco expresa de corazón sus condolencias, y condena estos actos bárbaros, como ofensas contra Dios y contra la humanidad”. El Pontífice, concluye el texto, “confía los difuntos a la misericordia de Dios, y asegura sus oraciones a las familias que están de luto y a los heridos”.

El director de Asia News por su parte, declaró que los autores de la masacre eran “jóvenes fuera de sí” que después de vivir durante años en un confort y un bienestar, se convirtieron al islam radical. Y que el islam moderado debe condenar al islam fundamentalista y que los mismos musulmanes acusan a los imanes sin cultura que siembran el odio y el deprecio.

Por ello, señaló el padre Cervellera, es necesario volver a comprender la lección magistral que Benedicto XVI realizó en Ratisbona, sobre el binomio islam-violencia, cuando sugería al mundo musulmán que la violencia no es digna de Dios, que es razón. Y que Occidente necesita realizar un examen de conciencia, porque ha marginado a la religión por considerarla “irracional”.