20 de enero de 2017
Fuente: Religión en Libertad
El nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano, informó que monseñor Claudio María Celli –que participaba como representante vaticano en los diálogos entre el gobierno y la oposición– renunció a visitar el país para los próximos días y por tanto “no participará en las posibles reuniones (de la Mesa de Diálogo) previstas», como recoge Aciprensa.
Fin de la mediación
Giordano informó sobre esta decisión en una carta a Jesús Chúo Torrealba, Secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). “Deseo informarle que S.E. Mons. Claudio María Celli, Delegado del Papa para la Mesa del Diálogo en Venezuela, ha renunciado a su visita a Venezuela para los próximos días, por lo tanto no participará a las posibles reuniones previstas para estos días”, indicó.
La carta difundida este jueves 19 de enero añade que Giordano “ha sido designado como Delegado de la Santa sede para estos eventuales encuentros”.
Tres meses de diálogo
El 30 de octubre de 2016 se dio la primera reunión entre representantes del gobierno de Nicolás Maduro y de la MUD como parte de la Mesa de Diálogo auspiciada por la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y en la que monseñor Celli participaba como facilitador.
En este primer encuentro se llegó a un acuerdo que –tal como denunciaron los obispos venezolanos–, ha sido incumplido por el gobierno y que fue advertido por el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, en una carta privada del 1 de diciembre, y que posteriormente fue filtrada a la prensa.
Condiciones básicas para la convivencia
En su carta, la autoridad vaticana demandó, “respetuosamente pero con firmeza”, que cumplieran con el compromiso de implementar “medidas destinadas a aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas”, que las partes “concuerden el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir sin dilaciones su futuro” y “se apliquen los instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los detenidos”.
Estos cuatro puntos son condiciones esenciales “para continuar el diálogo”, añadieron el pasado 13 de enero la Conferencia Episcopal Venezolana. La Mesa de Diálogo se encuentra suspendida desde diciembre de 2016.
Una decisión aplaudida
Por su parte, en una carta dirigida a Giordano, Torrealba agradeció de parte de la MUD la participación que tuvo Mons. Celli y dijo que “comprendemos igualmente hoy las razones que llevan a la Santa Sede a no enviar, en las presentes circunstancias, al Delegado del Papa a Venezuela”.
“Tales razones están nítidamente dibujadas en las cuatro demandas al Gobierno Venezolano, contundentes y aun insatisfechas, plasmadas en la carta de S.E. Mons. Pietro Cardenal Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, de fecha 1ro de diciembre de 2016”, añadió.
Torrealba dijo que “en diplomacia la ausencia puede ser una forma de ejercer presencia, y el silencio puede llegar a ser el más elocuente discurso”, e indicó que espera que esta decisión “haga reflexionar a quienes en el gobierno nacional hicieron colapsar el mecanismo de diálogo con su sistemático incumplimiento de los acuerdos, y los oriente a desandar la escalada de represión y acentuada intolerancia desatada desde el poder en las últimas semanas”.
Mirada al futuro
Por su parte, la Secretaría General de la UNASUR publicó un comunicado este 19 de enero en el que señala que “los acompañantes del proceso de diálogo” reiteran su “compromiso y firme voluntad de seguir acompañando todas las gestiones necesarias para lograr la pacífica y democrática convivencia en Venezuela”.
Asimismo, señaló que el secretario general de la UNASUR, Ernesto Samper, “destacó el mensaje que le hizo llegar” el cardenal Parolin “con la firme decisión del Vaticano de continuar su apoyo al diálogo”.
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