2 de julio de 2018
Fuente: Religión en Libertad
La oleada de violencia se sigue cobrando también vidas de sacerdotes en República Centroafricana. La última víctima ha sido el padre Firmin Gbagoua, vicario general de la Arquidiócesis de Bambari, que fue asesinado el pasado viernes 29 de junio justo antes de cenar con otros sacerdotes en el arzobispado local de la región central en la República Centroafricana.
Según ha declarado el Padre Mathieu Bondobo, el sacerdote Gbagoua murió a causa de un disparo que recibió en el abdomen. También expresó su dolor por este asesinato y señaló que “nadie está protegido en este país pero la Iglesia no se callará”.
Una situación insostenible
Y agregó, tal y como recoge Ayuda a la Iglesia Necesitada, que “estos criminales que siguen matando, no sabemos dónde se encuentran”, por lo que pidió que las autoridades “hagan su trabajo”.
Por su parte, los obispos de República Centroafricana ya se han pronunciado sobre esta situación de inseguridad y violencia. La más reciente fue el 24 de junio con una declaración en la que hicieron constar su “sorpresa con la llegada de nuevos mercenarios que hacen más difícil la resolución de la crisis”.
“Recordamos al gobierno, a la comunidad internacional y a los grupos armados que las autoridades del Estado no son negociables y que no puede ser objeto de ningún tipo de negociación”, afirmaban los obispos
Desde hace 5 años la República Centroafricana sufre muchos ataques debido al proceso de transición y los enfrentamientos entre los Seleka y los antibalaka. Como consecuencia cerca de un millón de personas se encuentran desplazadas.
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