El Jefe de Gobierno de CABA anunció que los mayores de 70 años no pueden salir de la cuarentena sin un permiso. Esta medida parece (al menos por ahora), haber rebalsado el vaso de los límites que se le conceden al estado en un “estado de emergencia.” ¿Tiene el Jefe de Gobierno dicha potestas? ¿Es la pandemia un cheque en blanco al gobierno? Dos cuestiones usando este caso como caso testigo

  1. ¿Implica la pandemia un fracaso del libre mercado?
  2. El peligro de que la pandemia derive en la suma del poder públic

La Pandemia y el Supuesto Fracaso del Liberalismo

Para la izquierda la pandemia parece significar un fracaso del libre mercado. Veo dos problemas con este argumento.

Primero. Hasta donde sabemos, la pandemia se origina en un país con un regimen *político* comunista que ha faltado a la verdad en este tema. También hasta donde sabemos, los avances en el desarrollo de medicamentos y vacunas contra el virus se están desarrollando en países “capitalistas” (Israel, Canada, Suiza, etc.) Es difícil entender cómo el virus representa un fracaso del liberalismo.

Segundo. Hay argumentos que critican al liberalismo por pedir estado en un estado de pandemia. Parece que algunos sectores de la izquierda no se han molestado en tomarse el trabajo de leer a los liberales. Figuras tan representativas del liberalismo como Adam Smith, Ludwig von Mises, Milton Friedman, y Friedrich A. von Hayek defienden un rol “legítimo” del estado. Ser liberal no es lo mismo que ser anarquista. Tampoco hay un liberalómetro que da mayor puntaje a quien más odia al Estado. No se sigue que de defender un rol del estado para combatir la pandemia sea necesariamente anti-liberal (aunque lo sea para algunos liberales).

Una analogía, y como tal, imperfecta. ¿Tiene un individuo el derecho a ir por la calle disparando tiros al aires que pueden matar a alguien (el virus)? Imagino una respuesta negativa (salvo, quizás, loa anarco-capitalistas). Hay una diferencia clara respecto a la pandemia; es posible circular por la calle sin tener que disparar al aire, pero en el caso de contagio, no es posible circular por la vía pública sin esparcir el virus. Esto no es una defensa de la medidas de cuarentena per se, es un simple ejemplo de un típico caso de externalidades que puede usarse para argumentar un rol (mínimo) del estado.

República y la Suma del Poder Público

No estoy en condiciones de decir si las decisiones de cuarentena son las correctas o no desde un punto de vista médico. Es un tema que expertos en epidemiología están en mejor condición de responder. Eso no quita, por supuesto, que no haya que tener también en cuenta los costos (económicos, sociales, psicológicos, etc.) de una cuarentena. Para sectores de bajos ingresos la cuarentena implica hacinamiento (no todos “viven en Recoleta”), otras enfermedades serias no están recibiendo tratamiento. En corto, todas las vidas cuentan, no sólo las del “coronavirus” (por supuesto, existe la alta tasa de contagio de este virus).

Sin embargo, el riesgo que percibo es que los argumentos utilizado para justificar las medidas de cuarentena abren la puerta a un autoritarismo post-pandemia. Podemos discutir hasta el cansancio sobre la legitimidad de medidas puntuales. En abstracto, percibo el siguiente riesgo en varios países, no sólo en Argentina.

Llamemos estado de emergencia la situación en la cual el Poder Ejecutivo tiene poderes especiales para lidiar, justamente, con una emergencia. Las facultades de súper-poderes se entiende, es necesario que el Poder Ejecutivo coordine y tome medidas en el momento (lo opuesto a lo que suele hacer el Poder Legislativo). Claro, esto asume un Poder Ejecutivo institucionalmente responsable. Si se me permite dar un ejemplo extremo, ¿estaríamos igual de cómodos dándole las facultares que ciegamente le damos a Alberto Fernandez y Larreta a un Hitler? El punto no es estar en contra de facultades extra-ordinarias en un estado de emergencia, sino no perder de vista los límites y condiciones institucionales a duchas facultades extra-ordinarias.

El peligro consiste en que sea el mismo Poder Ejecutivo quien define cuándo comienza y termina el estado de emergencia. Esta es una potestad que, imagino, debería recaer sobre el Poder Legislativo o sobre un comité de expertos independientes del Poder Ejecutivo (no es lo mismo un comité de asesores que informa pero no tiene la potestad de declarar el inicio y fin de un estado de emergencia).

Países con gobiernos populistas (es decir, autoritarios) como Argentina deben tener especial cuidado que la pandemia no se lleve puesta las instituciones republicanas. Quizás el libro Camino de Servidumbre de Hayek tenga renovada actualidad.