Por Nicolás Cachanosky

Fuente: Perfil.com

23 de noviembre de 2020

No debemos caer en la confusión de pensar que es el tipo de cambio lo que produce inflación porque visualmente a veces se mueve antes que la inflación

En los últimos días hemos visto una divergencia entre la inflación y el tipo de cambio. Los precios suben, pero el tipo de cambio baja. ¿No se suponer que el tipo de cambio afecta a la tasa de inflación? ¿Una baja del tipo de cambio no debería producir entonces una baja de la inflación? Entre las tantas confusiones económicas que persisten en Argentina, esta es una de las más arraigadas. La relación es, en definitiva, al revés. Es la inflación lo que termina afectando al tipo de cambio. Ante esta divergencia, ¿qué se puede esperar que le suceda al tipo de cambio? Vamos por partes. Cuando el BCRA emite más dinero que el que la gente demanda, el excedente se usa para comprar bienes y servicios. Esta demanda generalizada lleva a un aumento en el nivel de precios. 

Pero, como en Argentina el peso no es reserva de valor, también se demandan dólares como fuente de ahorros. Esto hace también subir al tipo de cambio. El exceso de dinero hace subir todos los bienes, el tipo de cambio incluido. Sin embargo, la inflación no es lo único que afecta al tipo de cambio. La política monetaria o cambios en tasas de interés en el resto del mundo también pueden afectar al tipo de cambio. Esto hace que la relación entre inflación y tipo de cambio sea difícil de observar a simple vista. 

El tipo de cambio y el nivel de precios se mueven a distintas velocidades, y dado que hay distintas variables que afectan a cada una de ellas, a veces se pueden mover en sentido opuesto por que en promedio o la tendencia sea similar. Por ejemplo, es típico en Argentina que el BCRA intervenga en el tipo de cambio, de modo tal que el mismo se deprecie más lento que la tasa de inflación. El famoso atraso cambiario cuando el tipo de cambio va detrás detrás de la inflación. Esta intervención del BCRA puede ser directa (venta de dólares) o indirecta (suba de tasas de interés). Eventualmente esto puede llevar a una fuerte devaluación. En este momento suceden tres cosas. La primera es un overshooting, en medio de la crisis el tipo de cambio sube más de lo debido para luego eventualmente corregir el exceso. Nuevamente, en la corrección luego del overshooting, vemos un tipo de cambio que baja mientras la inflación sigue su curso. 

El segundo evento es una nueva ronda de emisión monetaria que vuelve a poner presión sobre el nivel de precios. Recordemos la crisis cambiaria bajo el gobierno de Cambiemos. La suba de tasas de interés llevó a un atraso cambiario y expectativas de inflación. La suba de tasas de interés se hizo emitiendo LEBACs que, eventualmente, se cancelaron contra emisión monetaria. La cancelación de LEBACs sube la presión inflacionaria creando la ilusión estadística de que la depreciación del peso es lo que generó inflación cuando en realidad fue la cancelación de LEBACs lo que llevó a la fuerte suba del tipo de cambio (corrección del atraso cambiario más la cancelación de LEBACs). Las LEBACs, recordemos, son promesas de emisión futura. Ese futuro eventualmente llega. La LEBACs más LELIQs pasaron de representar un 140% de la base monetaria en abril del 2018 a un 70% de la base monetaria a fin de año.

El tercer evento es que, aquellos precios con cierta dependencia de precios internacionales deben ajustarse a movimientos del tipo de cambio. Esta es la raíz de la idea de que es el tipo de cambio el que genera inflación. Sin embargo, debemos recordar que fue el BCRA quien ha llevado a un atraso cambiario. El resultado es que cuando el BCRA atrasa el tipo de cambio también atrasa, de manera indirecta, el precio de bienes que en cierta medida dependen del tipo de cambio. Cuando el tipo de cambio sube, también lo hacen estos precios afectando también la tasa de inflación. Esta genera la ilusión de que es el tipo de cambio lo que genera inflación cuando en realidad lo que se tiene es una inflación reprimida que, tarde o temprano, sale a la luz. Que el tipo de cambio y el precio de bienes y servicios se muevan a velocidades distintas o sean afectados por diferentes variables no debe confundirnos. Las relaciones causales no siempre son lineales. Si el pronóstico del tiempo dice que va a llover por la tarde vamos a ver gente salir con paraguas por la mañana. Sin embargo, sabemos que no son los paraguas lo que producen la lluvia de la tarde, es al revés. Es la lluvia de la tarde lo que produce que veamos paraguas por la mañana. Del mismo modo, no debemos caer en la confusión de pensar que es el tipo de cambio lo que produce inflación porque visualmente a veces se mueve antes que la inflación. Atrasar el tipo de cambio lleva a postergar lo inevitable y a mayores costos. La política cambiaria no es el método adecuado para combatir la inflación.

 

Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la opinión de la UCEMA. * Associate Professor, Metropolitan State University of Denver; Visiting Professor, Universidad del CEMA; Senior Fellow, American Institute for Economic Research (Fuente www.perfil.com).