Fuente: BBC/Infocatólica
20 de abril de 2021
Mons. Eamon Martin, arzobispo de Armagh y presidente de la Conferencia Episcopal de Irlanda, se ha reunido con el gobierno irlandés para discutir lo que ha calificado como prohibición «draconiana» de la Misa pública.
El arzobispo Eamon Martin quiso compartir su preocupación ante la opinión pública por la «criminalización» del culto público.
La noticia llega cuando el Departamento de Sanidad irlandés confirma que se han detectado tres casos de la variante india Covid-19 en la República. Al menos dos de ellos estaban relacionados con viajes, informa RTÉ.
La semana pasada, el ministro de Sanidad irlandés, Stephen Donnelly, firmó una normativa que sólo permite celebrar servicios religiosos virtuales debido a la pandemia. La Iglesia está buscando asesoramiento jurídico para defender el derecho a la libertad religiosa.
El arzobispo Martin se reunió ayer lunes por la tarde con el Sr. Donnelly y la Dra. Colette Bonner, de Dirección general de Salud
En una declaración, dijo que el Sr. Donnelly le había dicho que la normativa «no pretendía señalar el culto», sino que estaba diseñada para regular las reuniones en interiores y exteriores. Y explicó que la regulación se había introducido «a pesar del apoyo constante de las iglesias a los mensajes de salud pública desde el comienzo de la pandemia», a la vez «subrayó la importancia de una conversación regular y sustanciosa» entre la iglesia, el gobierno y los asesores de salud pública para asegurar «la comprensión mutua y la cooperación» durante la crisis de Covid-19.
Confuso e innecesario
En una declaración anterior, el arzobispo Martin explicó que no fue hasta el viernes cuando tuvo conocimiento de que se había publicado un instrumento legal sobre el tema. Calificó la medida de «provocadora» y «draconiana», y añadió que la ley era «confusa e innecesaria».
El Taoiseach (Primer Ministro irlandés) Micheál Martin se reunió con los obispos irlandeses, entre ellos el arzobispo Martin, el jueves 15 de abril.
El arzobispo Martin dijo que era muy decepcionante que, a pesar de las garantías dadas, y de que el Taoiseach comprendía la importancia del culto para el pueblo de Irlanda, este instrumento legal se introdujera «de forma clandestina y sin aviso ni consulta».
El ministro de Sanidad irlandés había defendido anteriormente las actuales restricciones a la Misa, afirmando que se prohíben todas las grandes reuniones en interiores debido a los riesgos que plantea el Covid-19.
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