Por Gabriel Zanotti
Fuente: Filosofía para mí
21 de noviembre de 2021
Que yo sepa, Benedicto XVI no ha sido “cancelado” por ahora. Al menos sus documentos siguen apareciendo en la página del Vaticano (www.vatican.va)
Entre ellos, le sugiero al lector cinco lecturas.
Comience por su Discurso a la Curia del 22-12-2005[1]. En estos tiempos, donde se acusa al Vaticano II de ser el culpable de la confusión actual, tienen allí una serie de aclaraciones que explican lo contrario. Sobre todo, la relación de la Iglesia con el mundo moderno, el punto débil tanto de quienes creen que el Magisterio termina con la Quanta cura como de los teólogos de la liberación y del pueblo.
Siga por su programático discurso a Ratisbona de Septiembre de 2006[2], difamado por los inquisidores de la corrección política que, gracias a Dios, Benedicto XVI NO tuvo. Allí podrá ver el lector cuál es la relación entre la razón y la Fe, esto es, que la Fe es razonable, que la razón no implica una helenización del Cristianismo sino al revés. En estos tiempos postmodernos dentro de la Iglesia, nada más temible que este discurso. Que coherentes que fueron en difamarlo. Y qué malévolos.
En tercer lugar, lea su discurso del 17 de Enero de 2008 a la Universidad La Sapienza[3], que no pudo dar porque sus “liberales” profesores se opusieron a su sola presencia. Verán allí lo que es una razón pública cristiana, esto es, tomar todo lo bueno del pensamiento de Rawls y Habermas y llevarlo al seno de la relación entre Catolicismo y vida pública. Claro, para ello hay que estudiar un poquito, cosa que el pachamama-catolicismo post-Benedicto no está dispuesto a hacer.
Concluya por sus discursos al Parlamento Británico, del 2010[4], y al Parlamento Alemán, del 2011[5]. Son discursos que podrían haber sido escritos por Hayek si Hayek hubiera sido católico. Claro, no convienen, entonces, a los que siguen declamando que “el liberalismo es pecado” y blandiendo sus excomuniones, ni tampoco conviene a los teólogos del pueblo y de la liberación para los cuales hablar de libertades individuales y de Estado de Derecho es “demasiado moderno”.
En medio de la locura, la razón está. Silenciada, como Cristo en el Sagrario, pero está.
Tolle lege.
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