Fuente: Actualidad – Noticias y análisis de la vida de la Iglesia
18 de julio de 2023
Un grupo internacional de 21 médicos solicitó un cambio en el enfoque médico hacia la disforia de género en los niños, argumentando que la tendencia de ofrecer tratamientos de «transición» a niños con disforia de género no está respaldada por ninguna evidencia científica y puede tener graves consecuencias.
En su respuesta, publicada esta semana, el grupo de médicos e investigadores -de países como Finlandia, Francia, Sudáfrica y Estados Unidos- señala que los riesgos de usar hormonas de diferente sexo en jóvenes «son importantes e implican el riesgo de infertilidad, adicción de por vida a las drogas y angustia relacionada con el arrepentimiento».
Varias autoridades europeas y grupos médicos internacionales «recomiendan ahora la psicoterapia en lugar de las hormonas y la cirugía como primera línea de tratamiento para los jóvenes con disforia de género», escriben estos médicos. Asimismo, exhortan a las sociedades médicas estadounidenses a «alinear sus recomendaciones con la mejor evidencia disponible» en lugar de «exagerar los beneficios y minimizar los riesgos».
Advertencias en Noruega, Francia y Estados Unidos
Entre los firmantes de la carta se encuentra Anne Wæhre, consultora del Hospital Universitario de Oslo. Noruega es uno de los países europeos que ha renunciado a ofrecer tratamiento a jóvenes transgénero. A principios de 2023, el Consejo de Investigación en Salud del país solicitó una revisión de las pautas sobre cirugía y tratamientos hormonales para niños transgénero.
Varios médicos franceses también firmaron la carta, incluida Céline Masson, profesora de la Universidad Jules Verne de Picardía. La Academia Nacional de Medicina de Francia declaró el año pasado que «se debe tener la mayor precaución médica con respecto a los niños y adolescentes» que afirman identificarse con el sexo opuesto.
Se requiere la «mayor reserva» para el uso de hormonas en estas edades, precisó y señaló algunos efectos secundarios «como impacto en el crecimiento, fragilidad ósea, riesgo de infertilidad, consecuencias afectivas e intelectuales y, en las niñas, síntomas similares a la menopausia».
En Estados Unidos, algunos investigadores han intentado explicar el impresionante aumento en la cantidad de jóvenes que se identifican como transgénero en todo el país y el mundo. En 2018, Lisa Littman, entonces profesora asociada de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, escribió un controvertido informe sobre el fenómeno que ella considera como una «disforia de género de inicio rápido».
En este informe, Littman describe esta condición como un «inicio de disforia de género» que «parece presentarse en el contexto de pertenecencia a un grupo de compañeros en el que uno, muchos o incluso todos los amigos se han vuelto disfóricos de género y se han identificado como transgénero durante el mismo periodo».
Por otro lado, las principales autoridades estadounidenses, incluido el gobierno federal, han apoyado públicamente el tratamiento de los jóvenes transgénero. La Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos declaró el año pasado que los «cuidados de afirmación de género para menores» pueden «mejorar su salud física y mental».
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