Por Adrián Ravier*
Marzo 2024

Hace 100 días Argentina amaneció debajo de los escombros del populismo. Un edificio de ilusiones que se desmoronó arriba de la gente. Se quitaron algunos ladrillos, pero todavía falta mucho. Hay heridos por todas partes, pero el rescate está en proceso.

Herencia

Argentina cerró el gobierno de Alberto Fernández con más de 200 % de inflación y riesgo de hiperinflación. El déficit fiscal alcanzó el 6 % del PIB, pero además habría que sumar un déficit cuasi-fiscal del 10 % del PIB, totalizando un desequilibrio del 16 % del PIB. El cepo cambiario se había cerrado tanto, que los importadores acumularon deuda, mientras un fallo obliga a la Argentina a pagar 15.000 millones de dólares por la mala praxis del gobernador Kicillof en su expropiación de YPF. Salarios de estatales y jubilaciones de miseria; violencia en las calles; altos niveles de riesgo país, de pobreza e indigencia, describen una Argentina gris que denota la necesidad de un cambio de época.

Nuevo gobierno

Javier Milei asume con la esperanza de un tercio del país, las dudas de un segundo tercio, y el rechazo del tercero. Pero convencido de un plan liberal inicia una transformación nunca vista en la historia mundial reciente.

Milei llegó al poder en soledad, lo que implica que no tiene que devolver favores al partido, ni a pseudo empresarios que financiaron su campaña, ni tampoco militantes que lo acompañaron en todo el país, o gobernadores que esperan transferencias discrecionales. Eso le permitió achicar el gasto estructural reduciendo a la mitad la cantidad de ministerios, secretarías, subsecretarías y direcciones nacionales. Ya el primer día había muchos menos funcionarios con asesores y choferes a quienes financiar. También recortó la obra pública, la que se espera que sea reemplazada con inversión privada. Se terminaron las transferencias discrecionales, y eso permitió presionar a las provincias para que también ajusten sus excesos.

Por el lado energético, había que reconocer tarifazos, para poder reducir el gasto en subsidios, pero también para justificar niveles de inversión que permitan recuperar la infraestructura energética.

Tal como prometió en campaña, los planes sociales se mantuvieron, excepto aquellos que estaban manchados de una gestión corrupta.

Resultados

La Argentina está cambiando. Ya en enero y febrero pudo verse el superávit fiscal, lo que permite dejar de monetizar y con ello bajar la inflación. Las tasas de los pases bajaron de 130 a 100, y luego a 80, y seguirán bajando, para terminar con la bicicleta financiera que hoy enreda al sector bancario. Cuánto necesita la Argentina la estabilidad monetaria y el crédito para volver a crecer.

El Banco Central mejora su hoja de balance, mientras acumula reservas para permitirse levantar el cepo.

Superávit gemelos (fiscal y comercial), ordenamiento monetario y reducción del riesgo hiperinflacionario, superávit energético, reducción del riesgo país a la mitad, suba de los activos financieros son los primeros logros en estos 100 días. Vendrá el fin del cepo cambiario a mediados de año, y allí recuperaremos la actividad, el crecimiento y el empleo.

Todo podría acelerarse si el DNU fuera Ley, y si la Ley Bases y el pacto de Mayo se aprobaran en estos próximos 100 días. Pero quizás ya estamos pidiendo demasiado.

*Adrián Ravier es Director del Posgrado en Economía Institucional y Ciencias Políticas en UCEMA, donde dicta cursos de Pensamiento Económico y Macroeconomía. Miembro del Consejo Consultivo del Instituto Acton Argentina.