Por P.J Ginés
Fuente: Religión en Libertad
29 de julio de 2024
Las supuestas disculpas del comité francés no suenan a disculpa
La portavoz del Comité Olímpico de París 2024, Anne Descamps, veterana colaboradora política del presidente francés, Emmanuel Macron, en rueda de prensa el domingo 28 de julio pronunció lo que algunos consideran una petición de perdón y otros consideran una tomadura de pelo, respecto a las escenas groseras y blasfemas de la inauguración de los Juegos Olímpicos.
En su declaración (que no se ha publicado oficialmente en la web del Comité Olímpico de París 2024), Anne Descamps, como portavoz del comité, dijo tan solo: «Claramente, nunca hubo la intención de mostrar falta de respeto a ningún grupo religioso. Al contrario, creo que (con) Thomas Jolly, realmente intentamos celebrar la tolerancia comunitaria”, anunció Descamps. “Al observar el resultado de las encuestas, creemos que este objetivo se logró. Si la gente se ha sentido ofendida, por supuesto, lo lamentamos mucho, mucho”.
Anne Descamps, portavoz del Comité de París 2024, antigua asesora de Macron, hizo una declaración de disculpas que no era una declaración de disculpas.
Decir «lamentamos que haya gente que se sienta ofendida» no es lo mismo que reconocer falta de criterio, oportunidad, etc… Y aludir a las encuestas (una encuesta francesa que decía que más del 80% de franceses consideraba «un éxito» la ceremonia) no tiene sentido: ¡el público era el mundo entero, no los franceses!
El obispo Emmanuel Gobilliard, delegado de la Iglesia católica para los Juegos Olímpicos de París 2024, destacó que la Carta Olímpica prohíbe expresiones políticas, ideológicas o religiosas en los actos de los Juegos y sin embargo la ceremonia inaugural, en cambio, se llenó de ideología, protestó en La Croix.
El obispo Barron, desmantela a Anne Descamps
El obispo de Winona (EEUU), Robert Barron, gran comunicador, había pensado no tratar más el tema de París tras su primera protesta, pero la poca calidad de las «disculpas» le han llevado a replicar con dureza en sus redes sociales, asegurando que las palabras de Descamps y el comité eran “todo menos una disculpa”.
«De hecho, es una especie de obra maestra de duplicidad progresista… Si pensaran que esto tiene como objetivo apaciguar a los cristianos, lo pensaría dos veces”, protesta el obispo.
«Tenemos un grupo de drag queens retozando de una manera sexualmente provocativa, claramente imitando la Última Cena de Da Vinci, que presenta al mundo la Última Cena de Jesús, ¿y dices que no hubo intención de faltarle el respeto? ¿Crees que alguien se toma eso en serio?”, responde el obispo a la política francesa.
En cuanto a lo de celebrar la comunidad y la tolerancia, se ve que no incluye, dice el el obispo, a «esos molestos 2.600 millones de cristianos del planeta». «Todos son bienvenidos, todos son tolerados, toda esta hermosa diversidad, hasta que llega alguien que no está de acuerdo con tu ideología, como estos 2.600 millones de personas. Así que no me vengan con esa historia de tolerancia y diversidad», protesta.
Cuando Descamps asegura que cree que el comité logró con su ceremonia «celebrar la tolerancia», responde: «Me pregunto en qué planeta viven si creen que la armonía, la paz y todo eso se logró con esta clara afrenta a los cristianos».
La declaración de pseudodisculpas también le molesta, porque el tono no es de disculpa, sino que sugiere que «si eres tan simple y estúpido como para haberte sentido ofendido por esta maravillosa expresión de la cultura francesa, bueno, lo sentimos».
«Los cristianos se sintieron ofendidos porque era ofensivo. Y tenía la intención de ser ofensivo. Así que, por favor, no nos traten con condescendencia con ese comentario condescendiente del tipo: ‘Bueno, si tuviste algún mal sentimiento, lo lamentamos muchísimo’”.
«Una verdadera disculpa sería algo como: ‘esto fue un error, nunca debería haberse hecho, lo sentimos’», explica Barron.
Y el obispo añade: “No creo que los cristianos debamos apaciguarnos, creo que deberíamos seguir alzando nuestras voces”.
Por su parte, Thomas Jolly, el director artístico de la ceremonia, activista queer siempre implicando en deconstrucciones LGTB de conceptos artísticos, declaró a AP: «Mi deseo no es ser subversivo, ni burlarme, ni escandalizar. Quería enviar un mensaje de amor, un mensaje de inclusión y para nada dividir».
El truco de última hora: ¿un cuadro de 1635 con dioses griegos?
Lo que todo el mundo ha entendido es que la escena parodiaba el fresco de Leonardo Da Vinci que muestra la Última Cena de Cristo con los discípulos, y la institución de la Eucaristía. Con estilo kitch y queer, unos drag queens, una modelo transexual, un niño y un cantante casi desnudo disfrazado del dios griego del vino Dionisio.
Thomas Jolly llegó a dejar caer declaraciones que el cuadro de Da Vinci no fue «mi inspiración. La idea era más bien hacer un gran festival pagano, conectado con los dioses del Olimpo… Olympus… Olimpismo».
Así, se ha hecho el intento de comparar la escena con otro cuadro: El Festín de los Dioses (Le Festin des Dieux), obra de Jan Hermansz van Bijlert pintada hacia 1635 y que se expone en el museo Magnin de Avignon. Allí no sale Dionisos de azul en el centro, pero es verdad que esa escena de 1635 ya buscaba evocar en versión pagana, hedonista y blasfema la estructura pictórica del cuadro cristiano clásico.
En su cuenta de Facebook, el pintor puertorriqueño Johnathan Dwayne analizó esta excusa desde su conocimiento de esta época de la historia del Arte. Su argumentación es detallada.
«Para todos aquellos que sugieren que los que protestamos por el espectáculo de las Olimpiadas del pasado viernes, no estamos educados:
La obra «La Ultima Cena» de Da Vinci, fue finalizada en el 1498. La obra «Festin des Dieux» de Van Bijlert, fue pintada en el 1635, como una paganización de la ya famosa obra de Da Vinci, ya que ese festín de Dionisio solía ser ilustrado en bosques y campos, según la literatura greco-latina, pero como acto de rebeldîa a las abundantes comisiones religiosas, tomaron la imagen de la mesa, le cambiaron el aspecto a la figura central para que se pareciera a Cristo y se ‘amplió» el concepto de la Cena Santa a una versión politeísta pagana. Esto se hizo en innumerables obras (ej. Festín de los Dioses de Balen y Jan 1615), todas como burla, corrección, sustitución o hasta cancelación de mensajes bíblicos», detalla Dwayne.
Bajo estas líneas, el Festín de los dioses de Van Bijlert, de 1635, inspirado en la Última Cena pero en clave satírica y anticristiana: mesa, un Dionisos imitación de Cristo…
Bajo estas líneas, un Festín de los Dioses de 1514; sin mesa, figuras en varias filas, tumbados en el suelo, sin figura central… no tenía la intencionalidad anticristiana del de 1635.
«Yo vivo de y en el arte, toda mi vida (Los de la Esc Luccetti o compañeros de Arte en la Universidad del Sagrado pueden confirmar este dato). Soy muy educado en esa materia y he hecho catorce exhibiciones y participado en mas de 25 colectivas en y fuera de Puerto Rico (ganador del premio UNESCO, como pintor destacado, 1996). Mi periodo favorito fue el Renacentismo. Créanme, sé un poco de lo que estoy hablando», detalla.
«Por otra parte, cuando uno hace o participa en un evento multitudinario y hasta global, uno se asegura de que cada idea sea segura y no vaya a provocar, a menos que sea esa la intención. Mi carrera de cantante da fe de esto, pues he sabido crear controversias a lo largo de 40 años. Este evento fue planificado y planeado por años: aqui no existen accidentes. No es que me las sepa todas, pero al menos de esto, sé a lo que me refiero. Tomaron imágenes bíblicas, conocidas por el mundo y las tergiversaron, como hicieron pintores como Van Bijlert, pero en esta ocasión, para luego hacerse los inocentes», asegura.
«¿Dionisio? Claro, pero en una mesa rodeado o rodeada de varias personas en una pose muy familiar. ¿Jinete del apocalipsis? No, es una diosa griega, espíritu de las Olimpiadas. Y así por el estilo. Me sorprende que no usaran un pesebre con un bebé y una mujer al lado diciendo luego que era Afrodita y su hijo Cupido. Por favor. A esas personas, que sugirieron que nos eduquemos, permítanme devolverles la sugerencia».
Algunas reacciones civiles
Una cosa es la ceremonia inaugural y otra los Juegos Olímpicos en sí, pero la empresa de telecomunicaciones C Spire ha decidido retirar su publicidad de los Juegos Olímpicos de 2024 en París. «Nos ha conmocionado la burla de la Última Cena durante las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos de París. C Spire retirará nuestra publicidad de los Juegos Olímpicos», anunció la empresa en X. Aplaudió la decisión el gobernador de Misisipi, Tate Reeves. «Me enorgullece ver que el sector privado de Mississippi da un paso al frente y se pone firme. Dios no será burlado. C Spire trazó una línea apropiada y de sentido común».
Con todo, el boicot económico no es necesariamente la respuesta, ya que perjudica no solo a los ideólogos (sobre todo el comité organizador francés, que ha secuestrado un evento mundial para sus obsesiones y adoctrinamiento) sino a también a los deportistas, entre ellos deportistas cristianos que intentan dar buen ejemplo de las virtudes deportivas y quizá poner sus medallas y trofeos a los pies de una Virgen, santo o santuario de su devoción, o llevar ese honor a sus familias y países, algo que se gana con el esfuerzo.
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