Por Germán Masserdoti
Fuente: Religión en Libertad
13 de marzo de 2025

Los integrantes de Vocare saben que la vida propia no se divide entre “trabajo”, por un lado, y “fe”, por otro. De la unificación de lo espiritual con lo profesional surge una serie de preguntas que requieren una respuesta de acuerdo a la vida cristiana y conforme a la vocación específica que tienen los laicos en la vida de la Iglesia y del mundo. Por este motivo, organizaron una serie de charlas presenciales que, más adelante, pueden complementarse con una propuesta virtual.

Hemos entrevistado a Ignacio Martino y a Aylén Junquet, cofundadores de Vocare.

-¿Cómo surge la idea de este curso?

Vocare nace de una profunda inquietud compartida: los jóvenes católicos que ingresamos al mundo profesional nos encontramos con un vacío vocacional; esta es la pregunta que compartimos con el equipo conformado por nosotros dos e Inés Pérez Mendoza y Clara Pizzolo. Sabemos que nuestra vida no se divide entre “trabajo” y “fe”, pero tampoco encontramos espacios de formación y oración que nos ayuden a integrar ambas dimensiones.

»Nos topamos con desafíos y preguntas: ¿Cómo sostener nuestros valores en entornos donde no se comparten? ¿Cómo me santifico haciendo un Excel? ¿Qué es el éxito? ¿Cómo aportar algo más que productividad en la oficina?

»Las respuestas no siempre están claras, y muchas veces sentimos que la única opción es separar lo espiritual de lo profesional; para resolver estas inquietudes y unificar lo espiritual con lo profesional, buscamos apoyo de José Mateos (Consagrado del Regnum Christi) y decidimos sumarlo al equipo para llevar a cabo la iniciativa encontrando respuestas a un balance de vida entre lo espiritual y lo profesional.

»En ese contexto, Vocare es una respuesta concreta: un espacio para formar jóvenes que no sólo buscan crecer en sus carreras, sino también encontrar propósito, liderazgo y trascendencia en lo que hacen. No se trata de evangelizar con discursos, sino de hacerlo con la vida, con el testimonio en cada decisión, en cada conversación, en cada desafío. Todos estamos llamados a transformar la realidad desde el lugar que ocupamos. Vocare es el punto de encuentro entre la fe y la vocación profesional, un espacio para encontrar respuestas y, sobre todo, para aprender a hacer las preguntas correctas.

-¿Por qué es importante conectar el propio trabajo con la fe?

-La pregunta puede responderse con el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 898: “Los laicos tienen como vocación propia el buscar el Reino de Dios ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios […] A ellos, de manera especial, corresponde iluminar y ordenar todas las realidades temporales, a las que están estrechamente unidos, de tal manera que éstas lleguen a ser según Cristo, se desarrollen y sean para alabanza del Creador y Redentor (Lumen Gentium, 31)».

»Más claro, imposible. No podemos vivir una fe a medias, donde Dios se quede nada más en la misa del domingo, en la burbuja de la comunidad o en un buen retiro donde vivir la fe es más cómodo. Si el 40% de nuestro tiempo lo pasamos trabajando, ¿por qué dejar a Dios fuera de ese ámbito? Por el contrario, que el trabajo sea nuestro medio para acercar a Cristo al mundo y así cumplir con nuestra misión de ser apóstoles de su amor.

-En la presentación del curso se menciona el término “santidad”. ¿No parecen excluirse trabajo y santidad, correr por caminos paralelos?

-Este proyecto nace, precisamente, de esa pregunta: ¿pueden la santidad y el éxito profesional ir de la mano? ¿O, para un católico, aspirar a ello es simplemente avaricia? Pero pensémoslo al revés: si yo soy un excelente profesional, exitoso y ferviente católico, ¿no es esto un testimonio atractivo? ¿No me daría la oportunidad de responder al llamado del laico que exhorta el Catecismo?

»Llamamos éxito a ser el mejor ahí donde Dios te pide estar, poniendo al servicio de los demás los talentos que Él nos dio, con esfuerzo, excelencia y un corazón dispuesto a lo que él nos pida. Muchas veces el éxito profesional se mira con desconfianza, pero bien orientado, da frutos inmensos.

-¿Qué criterios usaron para seleccionar a los expositores?

-Muchos. Cada charla tiene una necesidad particular y, en base a eso, definimos el perfil del charlista. El denominador común en todos es que sean personas que vivan apasionadamente su amor por Cristo y también su profesión. Personas que no tuvieron miedo de ser auténticas y fieles a sus valores cristianos dentro de su entorno laboral. Las asociaciones Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y Acton (Buscando el estudio de la religión y la libertad) fueron un gran apoyo, brindándonos su disponibilidad y confianza a la hora de ofrecernos ponentes que se alinean con nuestro proyecto.

»Todos los expositores tienen una destacada trayectoria profesional, lo que nos inspira profundamente, ya que reflejan con su vida la armonía entre fe, familia y trabajo, siendo un testimonio vivo de coherencia cristiana en cada ámbito.

Los conferenciantes en el curso de Vocare.

Los conferenciantes en el curso de Vocare.

-Si tuvieras que mencionar a algún profesional católico ejemplar, ¿a quién elegirías y por qué?

-Desde el inicio, Enrique Shaw nos inspiró. Su vida demuestra que un empresario puede ser exitoso sin perder de vista la fe, convirtiendo el trabajo en un camino de santidad y servicio. Es la prueba de que liderazgo y valores cristianos no solo pueden ir de la mano, sino que juntos transforman corazones.

Enrique Shaw, esposo, padre de nueve hijos, militar y empresario está en proceso de beatificación
-¿Cuándo y cómo se desarrollará esta edición?

-En esta edición, el curso se llevará a cabo en un período de cuatro meses, con sesiones quincenales que comenzarán el 26 de marzo de 2025 en las instalaciones del Colegio Oakhill Pilar en Buenos Aires. Para inscripciones, puedes pinchar aquí. y para pedir más información escribir a vocarerc@gmail.com