Por AICA
“Matar a una persona en un modo tan brutal no es humano, en el siglo XXI, no es posible asistir aún a este tipo de asesinatos, tan tristes y bárbaros”, expresó a AsiaNews monseñor Emil Shimoun Nona, arzobispo caldeo de Mosul, en el norte de Irak, comentando la ejecución del periodista norteamericano Stefen Sotloff.
El prelado agregó que “no estamos frente a actos excepcionales”, porque para las milicias del Ejército islámico (EI) esta modalidad de obrar “es una cosa normal”, basta recordar “lo que hicieron a nuestros cristianos y a las otras minorías. No piensan en las otras personas, no tienen en cuenta el valor de la vida humana”.
Los Estados Unidos y Gran Bretaña confirmaron que la filmación difundida ayer por los milicianos (que tiene por título: “Un segundo mensaje para América”), con las imágenes de la decapitación del reportero Steve Sotloff, de 31 años, son “auténticas”.
Sotloff, era un periodista independiente y había trabajado para Times, Foreign Policy, World Affaires Journal y el Christian Science Monitor. Es el segundo periodista asesinado de ese modo brutal por las milicias islámicas, después de la muerte de su colega James Foley.
Monseñor Nona fue el primero, señala AsiaNews, en lanzar la alarma sobre el peligro puesto por la avanzada de los islamistas después de la conquista de Mosul, donde unas 500.000 personas, entre cristianos y musulmanes, huyeron a principios de junio y donde fue fundado un Califato e impuesto la sharía (ley islámica).
El obispo subrayó varias veces que “no se trata de un acto de guerra, sino de un gesto bárbaro y brutal” y afirmó que las decapitaciones y la difusión en la Redes de las imágenes son “índice de la modalidad de obrar” de los milicianos, pero, al mismo tiempo una señal “de miedo” y de “debilidad” frente a los ataques aéreos y los bombardeos estadounidenses, que frenaron la avanzada.
“Estos gestos brutales -agregó- no son amenazas, sino el “modus operandi” en el campo: cuando controlan un pedazo de tierra, las personas sometidas se vuelven como ellos, piensan como ellos, profesan la misma fe y abrazan la versión más extremista, o los matan o los expulsan”.
“Masacran a muchísimas personas, agregó el arzobispo de Mosul, pero ninguno habla. Esta filmaciones son también un medio de propaganda, en una óptica de enfrentamiento con América”.
A la lógica de la violencia y terror propugnada por el Ejército islámico, la población civil iraquí, los vértices de la Iglesia católica, los líderes de las minorías tratan de colaborar, ayudándose recíprocamente, tratan de reconstruir bajo la insignia de la armonía y de la unidad.
“Entre los prófugos, los miembros de las minorías, dice monseñor Nona, hay colaboración y buenas relaciones. Cristianos, turcómanos, yazidíes están dispersos en un área geográficamente grande y es difícil contactarse. Sin embargo en lo posible se trata de colaborar”. Sobre las condiciones de vida de los refugiados, el prelado explica que “agua y comida ahora no faltan”, pero el problema es “el de los alojamientos: mucha gente vive en la calle, duerme en las escuelas públicas o en los canteros de las plazas. Pero dentro de pocos días deberán abandonarlas y no sabemos dónde ponerlo, este es un grave problema, faltan casas”.+
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