2 de diciembre de 2016
Por Roberto Jesús Quiñones Haces
Fuente: CUBANET  

GUANTÁNAMO.- Al paso de las cenizas de Fidel Castro, muchas personas expresan a la televisión lo que consideran méritos exclusivos del finado con expresiones que me recuerdan partes del poema “Preguntas de un obrero que lee”, de Bertolt Brecht: “¿Quién construyó Tebas, la de las Siete Puertas? En los libros aparecen los nombres de los reyes. ¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?”, y casi al final del poema este verso: “¿Quién pagó los gastos?”

Los manipuladores se aprovechan de  una masa que obvia la historia real de la Patria, por indicación o desconocimiento. No asombra entonces que el joven Wilber Rodríguez Fernández, encargado de narrar en vivo la entrada del cortejo fúnebre a Cienfuegos, se haya equivocado varias veces al mencionar el año en que se produjo la sublevación de mi ciudad natal contra Batista.

Eso puede perdonarse, pero que personas de más de sesenta años pretendan convertir a Fidel Castro en “el hombre más grande nacido jamás”, indica el nivel de fanatismo al que ha llegado nuestro país. De hecho ya el cantautor Raúl Torres compuso una canción donde lo compara con Jesucristo.

El Fidel Castro que no quieren recordar los oficialistas

Cuando en marzo nos visitó el presidente Barack Obama y dijo que había que olvidarse del pasado y crear una relación nueva, los alabarderos del régimen lo atacaron furibunda e irrespetuosamente sin tener en cuenta que ha sido el presidente norteño que más ha hecho por acabar con el diferendo Cuba-EE.UU. Algunos de los que atacaron entonces a Obama, argumentando que no podíamos olvidar la historia, ahora nos presentan a un Fidel Castro impoluto, sin la sombra de un error o desmesura.

Si abordamos el tema económico me gustaría que esos periodistas le respondieran al pueblo:

¿Quién afirmó públicamente que al cruzar el ganado Cebú con el Holstein Cuba produciría más leche que Francia y más queso que Holanda? ¿Pudieran informar qué pasó con tal proyecto?

¿Quién nacionalizó fincas agrícolas productivas y permitió que se convirtieran en marabuzales? ¿Quién privó a los campesinos del derecho de decidir qué cultivar en sus tierras?

¿Quién ideó el “Cordón de La Habana” y la desecación de la Ciénaga de Zapata?

¿Quién ideó el Plan de Banao para sembrar frutas exóticas? ¿Dónde están las fresas, las uvas, las peras, manzanas y melocotones que prometió al pueblo?

¿Quién, pese a las advertencias de los expertos, se empeñó en hacer una zafra de diez millones de toneladas de azúcar, que terminó arruinando al país?

¿Quién estuvo al frente del gobierno que ha convertido en un desastre las producciones ganadera, cafetalera, cacaotera y ha desaparecido de la mesa de los cubanos la carne de res, el pescado de mar y hasta vegetales como el berro?

¿Quién nos impuso un sistema económico que, según él mismo declaró a un periodista norteamericano, jamás ha funcionado?

En cuanto a la política que hemos sufrido después de 1959 y a los métodos de control y represión asumidos para sostenerla, pregunto a los periodistas de la televisión:

¿Quién, una vez en el poder, se negó a cumplir el programa democrático acordado entre el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Estudiantil? ¿Quién se negó a restablecer la Constitución de 1940 y a celebrar elecciones generales como había prometido?

¿Quién fusiló, envió a prisión con largas condenas o lanzó al ostracismo a los cubanos que le reclamaron pacífica o violentamente que cumpliera los ideales por los que murieron jóvenes valiosos?

¿Quién mandó a detener y luego condenó a 20 años de cárcel al comandante Hubert Matos, sólo porque éste le pidió la renuncia al advertir que la revolución abrazaba el comunismo? ¿Quién dijo que eso era una mentira de Hubert Matos y meses después reconoció públicamente que era comunista y sin consultar al pueblo impuso un sistema totalitario?

¿Quién fomentó el terrorismo revolucionario en países de América y otras partes del mundo?

¿Quién les negó incluso el cuerpo de los fusilados a sus familiares para que pudieran darle un entierro digno?

¿Quién convirtió al poder legislativo y al judicial en apéndices del ejecutivo?

¿Quién creó los tribunales revolucionarios que sentenciaron a muerte a miles de cubanos?

¿Quién ordenó anular el juicio hecho a los pilotos de la dictadura de Batista cuando fueron absueltos por un tribunal revolucionario presidido por Félix Pena, provocando el descrédito público de sus miembros y el posterior suicidio de este oficial del Ejército Rebelde?

¿Quién persiguió a los homosexuales y a los que escuchaban música en Inglés? ¿Quién creó los campos de concentración conocidos como UMAP?

¿Quién dividió a las familias cubanas?

¿Quién eliminó las escuelas religiosas y privó de espacios a los cristianos,  los persiguió y discriminó sólo por mantener firme su fe?

¿Quién volvió a enviar presos a Sandino, Pinar del Río, a los villareños que vivían cerca del Escambray a pesar de que ya habían cumplido sus sanciones?

¿Quién aumentó drásticamente el número de delitos y prisiones, convirtiendo a Cuba en un verdadero estado de sitio?

¿Quién creó los mítines de repudio, las brigadas de respuesta rápida y legitimó las golpizas y detenciones arbitrarias a los opositores? ¿Quién legitimó los actos vandálicos ejecutados cuando la crisis del Mariel?

¿Quién eliminó la libertad de prensa y de asociación?

¿Quién ordenó el hundimiento del transbordador 13 de Marzo dónde murieron más de quince niños y otras personas? ¿Quién impidió que los responsables fueran enjuiciados?

¿Quién ordenó el derribo de dos avionetas civiles cuyas únicas armas eran octavillas, enlutando a varias familias cubanas?

¿Quién ordenó el fusilamiento de los jóvenes que intentaron secuestrar una embarcación sin causar víctimas y, en menos de una semana los detuvo, enjuició y fusiló?

¿Quién le escribió a Nikita Krushev pidiéndole que atacara  primero a los EE.UU. con bombas nucleares durante la crisis de los misiles en 1962?

Hastiado de tanta manipulación, deseo fervientemente que los restos del comandante acaben de llegar a Santa Ifigenia para que descansen en paz. Muchos cristianos hemos rezado en nuestros templos para que Dios se apiade de su alma, como queremos que haga con la nuestra cuando nos llegue la partida.

En su caso, como brillantemente escribió el padre español José A. Fortea en su blog, Dios le concedió una larga vida para que pidiera perdón a sus millares de víctimas, a sus millones de oprimidos. Según el famoso teólogo, “ahora no le son de ninguna ayuda ni todas las manifestaciones multitudinarias en la Plaza de la Revolución que se puedan convocar en su honor, ni todos los artículos que el diario Granma escriba loándolo, ni todos los discursos del partido que lo ensalcen hasta las nubes. Ahora está solo con su alma. Encerrado en la terrible prisión de su alma, y la única duda, la única, es si su espantosa situación durará siglos, o siglos sin fin”.

 
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