Por Ángel Rodríguez Luño
La Exhortación Apostólica Amoris laetitia ofrece las bases para dar un nuevo y muy necesario impulso a la pastoral familiar en todos sus aspectos. En el capítulo VIII se refiere a las delicadas situaciones en las que más se pone de manifiesto la debilidad humana. La línea propuesta por el Papa Francisco puede resumirse con las palabras que componen el título del capítulo: “Acompañar, discernir e integrar la fragilidad”. Se nos invita a evitar los juicios sumarios y las actitudes de rechazo y exclusión, y a asumir en cambio la tarea de discernir las diferentes situaciones, emprendiendo con los interesados un diálogo sincero y lleno de misericordia.
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