Por padre Douglas Bohórquez Sandoya*
Para Instituto Acton
Conocí los videos de Poverty Cure en el año 2018, durante un encuentro de formación organizado por el Instituto Acton. Encontré en ellos la posibilidad de transmitir algunas ideas sobre el desarrollo integral de la persona y de la sociedad a mis alumnos del Seminario Mayor de Guayaquil (Ecuador).
Es evidente que los alumnos, futuros sacerdotes, deben tener conocimientos básicos acerca de cómo funciona la economía para poder juzgar moralmente las acciones humanas de carácter social. Así como no es posible que un sacerdote hable de moral sexual y matrimonial sin conocer cómo funciona el cuerpo humano, de igual manera no es posible que un clérigo hable de doctrina social sin conocer cómo funciona la economía. En realidad, sí es posible, pues muchos lo hacen, aunque ese modo de proceder no sea adecuado.
Uno de los déficits en la formación del clero es su poco o casi nulo conocimiento de las leyes socio-económicas. Muchas veces sus intervenciones se apoyan en clichés. Frases como «debemos redistribuir la riqueza», «tenemos que reducir la brecha entre ricos y pobres», etc., no son sino expresiones un poco vacías, marcadas por un cierto paternalismo, y, en algunos casos, pensadas desde el marxismo.
Es posible que esa laguna en el clero no se deba solo a la falta de formación económica, sino también a un cierto subrayado de la gratuidad, extralimitado de su ámbito. El concepto de gratuidad está presente en la teología. La Gracia divina es un don, no nos cabe duda. Pero si a esto se añade una confusión de niveles, donde la autonomía de las realidades temporales no se entiende como una esfera con sus propias leyes, podemos llegar a pensar que la gratuidad de los bienes materiales es parte esencial del desarrollo integral de la persona y de la sociedad. No negamos que la caridad tenga una dimensión de entrega generosa de bienes, pero ello no puede sustituir ni competir con las leyes de la economía.
Los videos permiten conocer la importancia de elementos sin los cuales es difícil, si no imposible, el desarrollo social y económico: la libertad, la propiedad privada, el Estado de derecho, leyes que faciliten la iniciativa privada, el libre mercado, etc. Sin un marco de seguridad jurídica, como se explica en las presentaciones, es difícil, si no imposible, el desarrollo de la sociedad. Un horizonte adecuado permite el desarrollo, a su vez, de la persona, que en la libre iniciativa pone en juego todas sus facultades, aprende superando las dificultades y valora lo obtenido por su esfuerzo, y no lo recibido gratuitamente.
Recomendamos vivamente la difusión de estos videos, de modo particular, en el clero. Seguro serán de gran ayuda para una correcta concepción de la economía y de las condiciones necesarias para un auténtico desarrollo social.
Añadimos a este artículo los comentarios a de algunos seminaristas de los cursos de Teología, después de ver los videos de Poverty Cure:
Kléber O.: Los videos tienen un contenido bastante pedagógico sobre la situación de los países en desarrollo, su economía y varios temas que facilitan una mejor comprensión. Me ha gustado mucho el tema sobre los factores que ayudan u obstaculizan el progreso de dicho países. Personalmente, me ayudó a tener una visión más amplia y «hacer el cambio de chip», es decir, a tener otro criterio sobre la ayuda que se puede dar, cómo darla y que ésta no se convierta en decrecimiento.
Alex L.: Luego de haber observado los videos, efectivamente, cambió mi pensamiento sobre las ayudas económicas que se suelen hacer a los países pobres, y comparto la idea que buscan transmitir: ofrecerles los medios para que las personas busquen desarrollarse de una mejor forma (para aquello tenemos que conocer su realidad), y que no sea una ayuda que a largo plazo deje sin empleo a varias personas. De igual manera, comparto la idea de microempresas, donde se pueden hacer convenios con otros países para tener un mejor criterio empresarial y, de esta manera, desarrollar negocios que reporten verdaderos beneficios a las personas necesitadas.
Melquisedec V.: Tras observar algunos de sus videos, pude darme cuenta que se trata de una colección muy educativa. Los videos iluminan diversos aspectos del desarrollo: lo humano, lo político-social, lo ético-moral y, sobre todo, manifiestan un intento esperanzador (que es parte del cristianismo) en un mundo lleno de intereses egoístas. El verdadero bien común ante la pobreza no está solo en ayudar a superar momentáneamente una crisis, sino en brindar instrumentos necesarios para el desarrollo integral de las personas; y esto se dará siempre y cuando haya una recta intención por parte de los benefactores.
* El padre Douglas Bohórquez Sandoya es profesor de moral social y moral matrimonial en el Seminario Mayor de Guayaquil (Ecuador).
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