Por: BLes/InfoCatólica

Fuente: InfoCatólica

6 de junio de 2021

 

Ni los ofrecimientos comerciales de otros gobiernos, ni los pactos con la Iglesia, ni las protestas, ni las muertes, han hecho que China cambie su rumbo, la dictadura continúa.

A 32 años de la Masacre de la plaza Tiananmen, hecho ocurrido en China donde fallecieron alrededor 10 mil personas a manos de las fuerzas armadas del gobierno, una sobreviviente cuenta su historia y dice que China es la «la prisión más grande del mundo».

«China es una dictadura y una potencia colonial más peligrosa y sanguinaria que la Alemania nazi. Ha prosperado gracias al apaciguamiento de los gobiernos occidentales y al cortejo de las multinacionales.

China es un pozo negro con una superficie brillantepero que apesta como el infierno. Es un infierno. Porque está gobernada por el PCCh, la mayor organización terrorista del mundo».

La entrevista de Rose tang, quien ahora es activista prodemocracia fue concedida a la agencia Bitter Winter dijo que nunca dejará de ser un recuerdo traumático lo que vivió esa noche.

Las personas que protestaban querían una reforma hacia la democracia, las protestas duraron meses, pero no eran atendidas por el gobierno, el cual, para disuadir a los manifestantes ordenó una ley marcial y envió vehículos militares a acabar con las personas que se encontraban reunidas ese 20 de mayo de 1989 en la plaza de Tiananmén en Pekin.

El lugar se convirtió en una zona de guerra. Dice Rose: «Autobuses y camiones en llamas esparcidos por los alrededores, la gente reorganizaba las barricadas preparándose para detener a más tropas. Pero, para mi sorpresa, el interior de la plaza estaba muy tranquilo, muchos lugareños paseaban, como cualquier otra tarde de verano».

Esa noche miles de soldados comenzaron a disparar con sus bayonetas a todos los presentes sin importar si eran niños, mujeres u hombres, fue una matanza cruel.

Rose se escapó de recibir un disparo gracias a que se escondió entre los cuerpos de los muertos en el piso, luego se trepó a un tanque de guerra y así pudo salir de la plaza.

«La plaza estaba acordonada por tanques. Oímos disparos en la distancia mientras caminábamos lentamente por estrechas callejuelas entre patios tradicionales. Los lugareños salieron y nos dieron zapatos.

Un estudiante llorando se unió a nosotros, sosteniendo un pequeño par de gafas manchadas de sangre con dos agujeros de bala. Nos describió cómo una niña de 12 años había sido disparada por las tropas cerca del mausoleo de Mao. Estaba dando un paseo con su hermana de cinco años».

Al pasar el tiempo, Rose pudo salir de china a Hong Kong y ahora vive en los Estados Unidos.

Debido a esta masacre la comunidad internacional estableció nuevas sanciones económicas a China, aunque el PCCH nunca admitió el hecho y siempre ha establecido una censura estricta respecto a esto.

Rose: «La China de hoy, como la de ayer, sigue siendo la mayor cárcel del mundo, como me advirtió mi padre hace dos décadas. Es otro planeta, muy estéril, en el que queda muy poca cultura y espiritualidad. La vulgarización y el embrutecimiento siguen proliferando. La mayoría de los chinos comunes están tan agobiados por las hipotecas de los apartamentos y los coches y los costos de la educación de los niños que no se preocupan por la política ni por los demás, a menos que sus propios intereses se vean amenazados.

Incluso cuando sufren injusticias, muy pocos se molestan en salir a la calle. Son adictos a la mayoría de los aparatos electrónicos, a la intranet social (WeChat, etc.), a los programas de variedades y a las telenovelas. La mayoría de mis amigos, aunque sean muy educados, me han dicho que son libres y que no vivirían en el extranjero. Pero todos hacen lo posible por enviar a sus hijos al extranjero».

Ni los ofrecimientos comerciales de otros gobiernos, ni los pactos con la Iglesia, ni las protestas, ni las muertes, han hecho que China cambie su rumbo, la dictadura continúa.

Actos de violencia siguen ocurriendo como la persecución de los cristianos o los uigures de Xianjiang, el gobierno chino sigue matando a su propia gente para mantenerse en el poder.